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Un sitio de reflexiones maduras, serenas y objetivas sobre la problemática de Cuba y su futuro posible. Puntos de vista sobre Literatura, Economía, Política, Sociedad, Historia y Cultura, así como sobre el exilio cubano en todo el mundo.
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miércoles, 30 de enero de 2008
LA ISLA Y EL CAOS
Mueven estas líneas, las declaraciones del moribundo Fidel Castro cuando advirtió que, no se puede ''soñar'' con que las soluciones a los problemas en la isla ''son fáciles y están a la vuelta de la esquina'', en unas “reflexiones” publicadas en Granma.
El dictador ha descubierto la sopa de fideos…!Gran descubrimiento! Se le debía dar el Nobel de Economía por ello.
El Economista en Jefe descubre ahora el resultado de su propia obra.
Como el violento y cruel dios Ares (Marte), hijo de Zeus y hermano de Efesto, Dios de la guerra (cuyo trono era de bronce, tapizado con piel humana y decorado con calaveras en relieve), el anciano dictador mira el hallazgo de su guerra total, y dice ahora, que nada es facil.
Pero, más que un dios, es como un cíclope de un solo ojo, que mira el tamaño del caos y, en la repentina epifanía, descubre lo evidente.
Este hombre, que ahora escribe sus “reflexiones”, jamás fue un ser intelectualmente reflexivo. Siempre fue un sujeto de sus violentas e irracionales emociones.
Y esas emociones tempestuosas y totalmente irreflexivas, las hizo política de Estado y estrategia para construir la Utopía. Con ellas, arrastró a un pueblo tan ignorante e irreflexivo como él.
Ya se sabe el resultado: una isla en el caos.
Si se descuentan a las familias de los fusilados, a los presos políticos y a los intelectuales y artistas de Cuba, nadie a sufrido más en ese país, que los economistas.
Este hombre jamás les escuchó. Simplemente nunca prestó atención a la economía de la isla.
Siendo nuestra nación una plaza agro industrial, cuya columna vertebral era la industria azucarera, sus políticas irresponsables, llevaron al colapso de la caña de azúcar, una planta maravillosa, que podía haber servido de base para un despegue colosal de la economía cubana.
De esa planta salen decenas de productos. Menciono unos pocos: etanol, energia eléctrica (17% del consumo nacional), madera para muebles, papel, alcohol para bebidas y perfumes, azúcar y otros 19 productos, con suficientes mercados para exportarlos y para el consumo nacional.
El año pasado, este señor dijo que “la industria azucarera era la ruina del país”. La verdadera ruina del país se llama Fidel Castro.
Si tomamos otras esferas de la agricultura, como la producción de arroz, para 1958 esta producía el 85% del consumo nacional y, el resto se importaba de EE:UU.
La ganadería tenía en ese año, 7,7 millones de cabezas de ganado, para una población de 6,6. En la actualidad, a pesar de que tratan de esconder las estadísticas, hay 3,2 millones con 11,3 millones de personas. No hay carne para la mesa. No hay leche para los niños, los ancianos y la población en general.
Antes de que este epígono de Dios griego tomara el poder, la agricultura cubana abastecía el mercado nacional de productos agrícolas: granos, tubérculos, legúmbres, hortalizas y frutas.
La producción porcina, caprina, avícola, caballar y otras, eran suficientes para la población cubana.
La producción cafetalera abastecía el mercado nacional y se exportaba en buenas cantidades. Jamás le faltó al cubano, su amado buchito de café.
En los años 60, Castro prometió que en pocos años Cuba estaría exportando cientos de miles de sacos de café a todo el mundo, pero lo que se produjo fue una constante reducción de su producción y hace décadas que no alcanza siquiera para satisfacer el consumo nacional,
En esos mismos años, compañías francesas se interesaron por el café cubano, por su alto contenido de aceite esencial como fijador en perfumería. El gobierno no les hizo caso.
En 1977 decidí hacer mi Tesis de Diploma, para graduarme de Economista, en una profunda investigación de la producción cafetalera, que me llevó a recorrer la Sierra Maestra y la Sierra Cristal, bastiones del café en el país. La situación de los cafetaleros era desesperada: no tenían financiamiento, insumos (azadones, machetes, morrales, canastas, alambre de puas para las cercas, materiales para reparar los secaderos, etc). Sólo en un municipio de la Sierra Maestra, encontré el éxodo masivo de los campesinos y, el 24% de los que quedaban, querían vender sus tierras al único comprador: el Estado.
Después de las absurdas políticas del castrismo, el café desapareció de la mesa del cubano. Por la Tarjeta de Racionamiento se entregan 4 onzas para un mes. Invito a mis lectores a ver qué se puede hacer con esa cantidad.
De acuerdo a diversas agencias de prensa, entre ellas Reuter, calcularon que, para la cosecha de 2005/2006 sólo se alcanzaron alrededor de 140.000 sacos de 60 kilos, una de las menores en 50 años, debido, principalmente, según ellos, a los daños causados por los huracanes que redujeron a cerca de la mitad la producción en la provincia oriental de Santiago de Cuba, responsable por casi un tercio del café cubano.
Según el gobierno, para 2006-2007, se obtendría una cosecha de café de 180.000 y 225.000 sacos de 60 kilos, con un aumento cercano al 30 por ciento. No se sabe lo que ocurrió con esta proyección. El ocultamiento de información, es parte sustancial del desastre cubano.
El tabaco, una de las más importantes producciones del país, otrora de altísima calidad- que emplea cada año a unas 200.000 personas- cayó en 2007 un 12%. Y cada año, son diferentes causas las que provocan estas caídas, entre las que se incluye, la falta de financiamiento, abstecimientos e insumos, necesarios para esta delicada producción y… por supuesto, el embargo.
La producción de frutas ha caído vertiginosamente. La cosecha de piñas, para poner un ejemplo, cayó de 30,232 toneladas en 1991, a sólo 1,212 en 2006. Lo mismo ocurre con el mango.
Cito a Patricia Groog en estos datos:
“Cuba posee una superficie agrícola poco mayor a las 6,6 millones de hectáreas, lo cual representa más de 60 por ciento de sus tierras firmes. Pero su área cultivada alcanza a 3,1 millones de hectáreas, casi 1,3 millones de las cuales son sembradíos de caña de azúcar, 180.000 de arroz y 806.300 hectáreas de cultivos varios como hortalizas, viandas (raíces y tubérculos) y granos.
Según la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas, otras 104.000 hectáreas están dedicadas a la siembra de plátanos y 169.2000 a cítricos y frutales. El resto del área cultivada abarca la dedicada a café y tabaco.
Del total de superficie cultivada, más de 2,4 millones de hectáreas están en manos del sector no estatal, repartidas entre las UBPC, CPA, CCS y privados. De la superficie no cultivada, la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas señala que 2, 3 millones de hectáreas se encuentran cubiertas de pastos naturales y el resto corresponde a tierras ociosas”. (Patricia Grogg, A la espera de reformas. Cuba a la mano. IPS. Dic. 2007)
Según la ingeniera pecuaria María Caridad Cruz en un artículo publicado en la revista cubana Temas, alrededor de 75 por ciento de la superficie agrícola del país está degradada de una u otra forma y existen unos tres millones de hectáreas con baja fertilidad y 4,66 millones con muy bajo contenido de materia orgánica, en tanto la salinidad alcanza a un millón de hectáreas y la erosión, de muy fuerte a media, a 2,5 millones.
El año pasado, se importaron unos 2 mil millones de dólares en productos alimenticios, de los cuales, $600 millones procedían de EE:UU. Es decir, Cuba se está gastando los 2 mil millones que entran por el Turismo, en alimentos que se pueden producir en el país. Y en este año 2008, ya han dicho que comprarán otros $600 millones a EE:UU
El gobierno está preocupado por el mayor gasto que significarán sus próximas importaciones debido a los elevados precios de productos de primera necesidad como la leche en polvo (5.200 dólares la tonelada), arroz molinado (435 dólares la tonelada) o el pollo congelado, que de 500 dólares la tonelada hace algunos años, subió a 1.186 dólares.
Las cifras oficiales indican que la economía cubana creció un 7.5 por ciento, por debajo de la proyección inicial del 10 por ciento, debido, según las fuentes gubernamentales, a las condiciones climáticas que afectaron la construcción y la agricultura a finales del año. Pero cuando se analizan las cifras del Anuario estadístico, es muy difícil creer en esos datos. El pueblo de Cuba, ve esas cifras y se ríe de ellas. Sabe que son mentiras.
Por eso, su respuesta es irse de ese país. Desde octubre del 2005 a septiembre del 2007 unos 77,000 inmigrantes cubanos se han instalado en Estados Unidos.
He hablado sólo de la agricultura. Lo mismo se repite para otros sectores. La CEPAL ha optado – ante tanta mentira – de no publicar los datos estadísticos de Cuba.
El desastre y el caos es general. Mientras unos energúmenos con charreteras de generales, dirijan los destinos de ese país, no habrá cambio para esa situación. Y claro que no habrá soluciones fáciles para tanta destrucción.
Señor Energúmeno en Jefe: ¡La culpa la tiene el totí!
Un abrazo.
Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá
El dictador ha descubierto la sopa de fideos…!Gran descubrimiento! Se le debía dar el Nobel de Economía por ello.
El Economista en Jefe descubre ahora el resultado de su propia obra.
Como el violento y cruel dios Ares (Marte), hijo de Zeus y hermano de Efesto, Dios de la guerra (cuyo trono era de bronce, tapizado con piel humana y decorado con calaveras en relieve), el anciano dictador mira el hallazgo de su guerra total, y dice ahora, que nada es facil.
Pero, más que un dios, es como un cíclope de un solo ojo, que mira el tamaño del caos y, en la repentina epifanía, descubre lo evidente.
Este hombre, que ahora escribe sus “reflexiones”, jamás fue un ser intelectualmente reflexivo. Siempre fue un sujeto de sus violentas e irracionales emociones.
Y esas emociones tempestuosas y totalmente irreflexivas, las hizo política de Estado y estrategia para construir la Utopía. Con ellas, arrastró a un pueblo tan ignorante e irreflexivo como él.
Ya se sabe el resultado: una isla en el caos.
Si se descuentan a las familias de los fusilados, a los presos políticos y a los intelectuales y artistas de Cuba, nadie a sufrido más en ese país, que los economistas.
Este hombre jamás les escuchó. Simplemente nunca prestó atención a la economía de la isla.
Siendo nuestra nación una plaza agro industrial, cuya columna vertebral era la industria azucarera, sus políticas irresponsables, llevaron al colapso de la caña de azúcar, una planta maravillosa, que podía haber servido de base para un despegue colosal de la economía cubana.
De esa planta salen decenas de productos. Menciono unos pocos: etanol, energia eléctrica (17% del consumo nacional), madera para muebles, papel, alcohol para bebidas y perfumes, azúcar y otros 19 productos, con suficientes mercados para exportarlos y para el consumo nacional.
El año pasado, este señor dijo que “la industria azucarera era la ruina del país”. La verdadera ruina del país se llama Fidel Castro.
Si tomamos otras esferas de la agricultura, como la producción de arroz, para 1958 esta producía el 85% del consumo nacional y, el resto se importaba de EE:UU.
La ganadería tenía en ese año, 7,7 millones de cabezas de ganado, para una población de 6,6. En la actualidad, a pesar de que tratan de esconder las estadísticas, hay 3,2 millones con 11,3 millones de personas. No hay carne para la mesa. No hay leche para los niños, los ancianos y la población en general.
Antes de que este epígono de Dios griego tomara el poder, la agricultura cubana abastecía el mercado nacional de productos agrícolas: granos, tubérculos, legúmbres, hortalizas y frutas.
La producción porcina, caprina, avícola, caballar y otras, eran suficientes para la población cubana.
La producción cafetalera abastecía el mercado nacional y se exportaba en buenas cantidades. Jamás le faltó al cubano, su amado buchito de café.
En los años 60, Castro prometió que en pocos años Cuba estaría exportando cientos de miles de sacos de café a todo el mundo, pero lo que se produjo fue una constante reducción de su producción y hace décadas que no alcanza siquiera para satisfacer el consumo nacional,
En esos mismos años, compañías francesas se interesaron por el café cubano, por su alto contenido de aceite esencial como fijador en perfumería. El gobierno no les hizo caso.
En 1977 decidí hacer mi Tesis de Diploma, para graduarme de Economista, en una profunda investigación de la producción cafetalera, que me llevó a recorrer la Sierra Maestra y la Sierra Cristal, bastiones del café en el país. La situación de los cafetaleros era desesperada: no tenían financiamiento, insumos (azadones, machetes, morrales, canastas, alambre de puas para las cercas, materiales para reparar los secaderos, etc). Sólo en un municipio de la Sierra Maestra, encontré el éxodo masivo de los campesinos y, el 24% de los que quedaban, querían vender sus tierras al único comprador: el Estado.
Después de las absurdas políticas del castrismo, el café desapareció de la mesa del cubano. Por la Tarjeta de Racionamiento se entregan 4 onzas para un mes. Invito a mis lectores a ver qué se puede hacer con esa cantidad.
De acuerdo a diversas agencias de prensa, entre ellas Reuter, calcularon que, para la cosecha de 2005/2006 sólo se alcanzaron alrededor de 140.000 sacos de 60 kilos, una de las menores en 50 años, debido, principalmente, según ellos, a los daños causados por los huracanes que redujeron a cerca de la mitad la producción en la provincia oriental de Santiago de Cuba, responsable por casi un tercio del café cubano.
Según el gobierno, para 2006-2007, se obtendría una cosecha de café de 180.000 y 225.000 sacos de 60 kilos, con un aumento cercano al 30 por ciento. No se sabe lo que ocurrió con esta proyección. El ocultamiento de información, es parte sustancial del desastre cubano.
El tabaco, una de las más importantes producciones del país, otrora de altísima calidad- que emplea cada año a unas 200.000 personas- cayó en 2007 un 12%. Y cada año, son diferentes causas las que provocan estas caídas, entre las que se incluye, la falta de financiamiento, abstecimientos e insumos, necesarios para esta delicada producción y… por supuesto, el embargo.
La producción de frutas ha caído vertiginosamente. La cosecha de piñas, para poner un ejemplo, cayó de 30,232 toneladas en 1991, a sólo 1,212 en 2006. Lo mismo ocurre con el mango.
Cito a Patricia Groog en estos datos:
“Cuba posee una superficie agrícola poco mayor a las 6,6 millones de hectáreas, lo cual representa más de 60 por ciento de sus tierras firmes. Pero su área cultivada alcanza a 3,1 millones de hectáreas, casi 1,3 millones de las cuales son sembradíos de caña de azúcar, 180.000 de arroz y 806.300 hectáreas de cultivos varios como hortalizas, viandas (raíces y tubérculos) y granos.
Según la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas, otras 104.000 hectáreas están dedicadas a la siembra de plátanos y 169.2000 a cítricos y frutales. El resto del área cultivada abarca la dedicada a café y tabaco.
Del total de superficie cultivada, más de 2,4 millones de hectáreas están en manos del sector no estatal, repartidas entre las UBPC, CPA, CCS y privados. De la superficie no cultivada, la gubernamental Oficina Nacional de Estadísticas señala que 2, 3 millones de hectáreas se encuentran cubiertas de pastos naturales y el resto corresponde a tierras ociosas”. (Patricia Grogg, A la espera de reformas. Cuba a la mano. IPS. Dic. 2007)
Según la ingeniera pecuaria María Caridad Cruz en un artículo publicado en la revista cubana Temas, alrededor de 75 por ciento de la superficie agrícola del país está degradada de una u otra forma y existen unos tres millones de hectáreas con baja fertilidad y 4,66 millones con muy bajo contenido de materia orgánica, en tanto la salinidad alcanza a un millón de hectáreas y la erosión, de muy fuerte a media, a 2,5 millones.
El año pasado, se importaron unos 2 mil millones de dólares en productos alimenticios, de los cuales, $600 millones procedían de EE:UU. Es decir, Cuba se está gastando los 2 mil millones que entran por el Turismo, en alimentos que se pueden producir en el país. Y en este año 2008, ya han dicho que comprarán otros $600 millones a EE:UU
El gobierno está preocupado por el mayor gasto que significarán sus próximas importaciones debido a los elevados precios de productos de primera necesidad como la leche en polvo (5.200 dólares la tonelada), arroz molinado (435 dólares la tonelada) o el pollo congelado, que de 500 dólares la tonelada hace algunos años, subió a 1.186 dólares.
Las cifras oficiales indican que la economía cubana creció un 7.5 por ciento, por debajo de la proyección inicial del 10 por ciento, debido, según las fuentes gubernamentales, a las condiciones climáticas que afectaron la construcción y la agricultura a finales del año. Pero cuando se analizan las cifras del Anuario estadístico, es muy difícil creer en esos datos. El pueblo de Cuba, ve esas cifras y se ríe de ellas. Sabe que son mentiras.
Por eso, su respuesta es irse de ese país. Desde octubre del 2005 a septiembre del 2007 unos 77,000 inmigrantes cubanos se han instalado en Estados Unidos.
He hablado sólo de la agricultura. Lo mismo se repite para otros sectores. La CEPAL ha optado – ante tanta mentira – de no publicar los datos estadísticos de Cuba.
El desastre y el caos es general. Mientras unos energúmenos con charreteras de generales, dirijan los destinos de ese país, no habrá cambio para esa situación. Y claro que no habrá soluciones fáciles para tanta destrucción.
Señor Energúmeno en Jefe: ¡La culpa la tiene el totí!
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