Cayo Canas Island

En estos días que Cuba vuelve a ser noticia por los cambios económicos que se anuncian y ya se aplican, se me ocurre pedirle al régimen que dentro del programa de autorizaciones para el trabajo por cuenta propia permita también una licencia a los cubanos para que todo el que lo desee pueda pensar, expresarse y actuar por cuenta propia.

Si Cuba se encuentra hoy en condiciones tan deprimentes es sin duda porque los “cuentapropistas del pensamiento y la expresión” fueron los primeros que el régimen se encargo de eliminar en todo el territorio nacional, cierto es que nunca pudo lograrlo completamente, pero los disminuyó al mínimo y los ha reprimido al máximo.

Conjuntamente con el fin de la empresa privada y la estatización del trabajo, la dictadura castrista también confiscó al pueblo; el pensamiento, las creencias, la expresión, la información y la libertad de movimiento.

Hoy el grupo de poder se ve obligado a permitir lo que sin duda significa para ellos un retroceso, que hombres y mujeres en edad laboral , establezcan sus microempresas independientes del estado y vivan una experiencia nueva , la de lograr su independencia económica y seguramente niveles de vida superiores a los que el régimen les garantizaba con un salario de miseria, estoy seguro que, la gran mayoría de cubanos emprendedores y laboriosos disfrutara a corto plazo del éxito y la satisfacción de haberlo logrado por propio esfuerzo.

Estas personas, también irán modificando su pensamiento aunque el régimen no les otorgue un permiso para hacerlo, algo así ya ocurrió cuando Fidel Castro obligado por el llamado periodo especial, tuvo que permitir la creación de algunos trabajos por cuenta propia, que posteriormente ante una muy ligera recuperación económica, fueron reducidos al mínimo, pues según sus palabras resultaban un mal ejemplo para la población. La realidad fue que, ese grupo de personas, con su trabajo y esfuerzo lograron ingresos muy superiores a los empleados estatales y esto les propicio el disfrute de condiciones de vida que, aunque normales para un trabajador promedio en el mundo, en Cuba se consideran pequeño burguesas e inmorales, claro que este ultimo criterio se aplica al pueblo y no a la dirigencia que dilapida y disfruta de muy altos estándares.

Este ejemplo, nada despreciable de lo que puede lograrse con la liberación de las fuerzas productivas y la iniciativa privada, tan criticada por el pensamiento castro-comunista, se convertirá muy pronto, con la conversión de medio millón de asalariados en cuentapropistas, en una realidad incuestionable y por tanto muy deseable para los cubanos. Se puede leer en las noticias que, después del anuncio de la medida, apenas en días más de 80,000 cubanos han solicitado licencias, parecería más una estampida hacia la liberación, que una medida que el gobierno de la isla intenta imponer al pueblo.

Por eso la dictadura , acompaña estos cambios con una nueva cruzada de ideologización y “reafirmación revolucionaria” primero tratando de convencer a los mas conservadores y ortodoxos comunistas de la necesidad urgente de los cambios y segundo para algo que les resultara en la practica cada día mas difícil, mantener el control y el sometimiento de millones de cubanos y entre ellos a este importante numero de personas que pronto dejaran de depender del gobierno y se percatarán, que el estado será quien necesitará de sus ganancias y lo hará lógicamente recaudando impuestos, así que, aunque los Castro quieran impedirles un cambio en sus consciencias para mantenerlos políticamente sometidos , la realidad se encargara de logar lo contrario y los cuentapropistas sentirán que también estarán pagando impuestos para tener derecho a pensar, expresarse y hacer reclamos libremente.

Es necesario insistir en que la dictadura hace estos cambios únicamente por urgente necesidad, como ha reconocido Raúl Castro, están intentando otra maniobra para mantenerse y prolongar su estancia en el poder, si hubiesen logrado alguna otra vía para conseguir financiamiento, estamos seguros que este no seria el camino, por eso a los que consideran inútil u obsoleto el embargo comercial, debemos recordarles que únicamente las presiones económicas han posibilitado estas medidas. Compartimos la idea de que el sobredimensionado embargo también ha servido al régimen como chivo expiatorio de todos de sus fracasos, pero consideramos que no debe ser levantado incondicionalmente, hay aun mucho que demandar a los que se apoderaron del poder hace mas de medio siglo. Los primeros inversionistas del exterior deberían ser los propios cubanos que así lo deseen, además los nacionales que puedan hacerlo con ayuda de sus familiares, el estado no debe actuar como agencia empleadora para los inversionistas del exterior y debe permitir que los cubanos se contraten libremente y reciban el salario que les corresponde por su trabajo, pues el régimen se apropia indebidamente de sus pagos en divisa y les da una suma ridícula como salario.

El estado cubano debe suprimir el bloqueo a las libertades en el país y aquí si podemos utilizar el termino bloqueo, porque en Cuba existe un inmenso dispositivo policial, que vigila e impide el movimiento y la libre expresión de todos los ciudadanos que se mantienen bajo constante amenaza de represión y encarcelamiento, esto no se ha modificado, ni se pretende modificar porque es la base donde se asienta el poder de la dictadura. Es ahora, cuando el régimen esta sintiendo con mas intensidad la asfixia económica, cuando se le debe dosificar el oxigeno a cambio de aperturas democráticas, nunca antes existió una situación mas favorable para los cambios pacíficos que la nación necesita, no la desaprovechemos y tengamos también presente que la maquinaria represiva y de penetración castrista seguramente será la menos afectada con los recortes de presupuesto.


Nelson Núñez Dorta.

Representanta del PSC

en México.

Qro. México.