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Un sitio de reflexiones maduras, serenas y objetivas sobre la problemática de Cuba y su futuro posible. Puntos de vista sobre Literatura, Economía, Política, Sociedad, Historia y Cultura, así como sobre el exilio cubano en todo el mundo.
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lunes, 9 de abril de 2007
LA POLÍTICA DE CANADÁ HACIA CUBA
He abordado el tema de las relaciones de Canadá y Cuba en numerosas ocasiones. No solo en la prensa escrita, sino también en las oportunidades que me ha dado el Gobierno de Canadá para hacerlo. Me he entrevistado con numerosas personalidades del gobierno en este país, exponiendo la visión de los cubanos sobre esas relaciones. He participadp en las Consultas Anuales del Ministerio de Relaciones Exteriones sobre la situación de los Derechos Humanos en el Mundo, presentando el caso de Cuba.
El 5 de abril de 2005, fui invitado a participar en el debate sobre Cuba en el Comité de Relaciones Internacionales del Parlamento Canadiense. Allí dije:
“Up to now, the policy of the Canadian government has been that of constructive engagement, designed to help solve some of the problems Cuba has had. In 1994 Mr. Chrétien presented his policy in Cuba. What they wanted, or what he wanted, was to help solve some of the human rights issues in the country.
Since then, the Liberal government in Canada has tried to help; however, the actions have been denied. I think the intention was there. They wanted to help, but the efforts failed, given Castro's obstinate blocking of help from any governmental or international association. Castro and the whole regime denied entrance to Christine Chanet, the Special Commissioner for the UN High Commission for Human Rights. Before her, others were denied entry as well. During the last five years they have denied her access along with the International Red Cross, Human Rights Watch, and Amnesty International. They will never be allowed to enter the country.
I think the Canadian government is limited in its policy. The Canadian policy right now has been a complete failure in regard to human rights and political issues. It's good in the economic sense; given the fact that Canada's the second country in investments in Cuba, and it was the second trade partner for Cuba as well”
Creo también ahora, que la política del “Constructive Engagement” ha sido un fracaso desde el punto de vista político y de Derechos Humanos, aunque ha sido un éxito para el Gobierno de Cuba y los empresarios y trabajadores de Canadá. No puedo decir que ha sido un éxito para los trabajadores y el pueblo de Cuba, que no ven los frutos de esas relaciones.
El affair Cuba en Canadá es un asunto particularmente sensible, tanto para la sociedad canadiense como para el Gobierno y sus Partidos Políticos. Son muchas las razones nacionales, económicas y políticas que explican el comportamiento de esta política hacia Cuba. Pero ellas no son objeto de estas líneas.
Desde que dije que Canadá era el segundo en el comercio e inversiones con Cuba, las cosas han cambiado. Ahora, China, Venezuela y España ocupan los primeros lugares. Canadá tiene un primer plano, en el envío de turistas, pero ha caído en el comercio, aunque mantiene una fuerte presencia en las inversiones y continúa su avance en diversas esferas de la economía cubana.
El incremento de las ventas de alimentos de Estados Unidos a Cuba y la posible presencia de empresas estadounidenses en los sectores económicos de la isla, tienen procupados a muchos en este país. Canadá teme perder sus excelentes ventajas en Cuba, dada la cercanía de EE:UU a las costas cubanas y la agresividad comercial e inversionista de las corporaciones de aquel país.
La elección del Sr. Stephen Harper, del Partido Conservador – alejado del poder por mas de 12 años por el Partido Liberal – creó expectativas entre los cubanos y canadienses que apoyan nuestra causa, sobre un cambio en esa política.
Sin embargo, nada ha ocurrido. Y tengo muy bajas expectativas de que se produzcan esos cambios.
El Partido Conservador tiene un Gobierno minoritario y cualquier moción de cambio en esa política, puede traer alianzas de los Liberales, el Partido Nuevo Democrático y el Partido de Quebec, todos de izquierda, para derrocar al Partido Conservador.
Sé que, en la estrategia del Gobierno Conservador pesan, en la actualidad, varios elementos muy importantes, a la hora de planear un cambio con respecto a la isla.
En primer lugar, la situación de incertidumbre con la salida de F. Castro del poder y su traspaso a Raúl Castro. Si Canadá apuesta por Raúl, creyéndolo un reformista, capaz de abrirse al mundo, entonces sus intereses en Cuba estarían a salvo y Canadá podría jugar un papel de puente entre las relaciones USA-Cuba, sin interferir en la rápida expasión de los intereses económicos, comerciales y de inversión de Canadá. This is a Real Politik.
Otro aspecto importante en la balanza, son los enormes descubrimientos de petróleo y gas en las costas de Cuba, donde las canadienses Sherrit International y Pebercan, tienen una fuerte posición y cuya explotación inyectaría cientos de millones de dólares a la economía de este país en un corto plazo.
En la mirilla están también las próximas elecciones en Canadá, donde el Partido Conservador piensa ganar una mayoría, para crear un gobierno sin las manos atadas como ahora. Si esto ocurre, quizá se pudieran esperar algunos cambios hacía Cuba. Pero… hay un último factor en esa evaluación estratégica, que puede impedir esos cambios.
Me refiero al proceso electoral en EE:UU. Si – como se espera – los Demócratas ganan esas elecciones, se producirán inesperados cambios de la política estadounidense hacia Cuba. Hay, en este momento, una extrema presión en el Congreso, para que las empresas norteamericanas no se queden fuera del pastel, que representa el petróleo y la apertura al hambriento mercado cubano para la venta de miles millones de dólares en alimentos, manufacturas, y otras mercancías del poderoso mercado americano. Canadá no quiere quedarse fuera de esa piñata.
Soy Cubano-canadiense. Quiero a Canadá como mi segunda patria. Aquí he sido, por primera vez en mi vida, un ciudadano con derechos y libertades. Tengo la profunda esperanza de que Canada juegue un relevante papel en el futuro democrático de Cuba.
Esa esperanza no sólo responde a mi condición de ciudadano de este país, sino a la perentoria necesidad del equilibrio de Cuba en su comercio, su economía y sus inversiones, con países que constituyan un contrapeso a la cercanía y potencia de EE:UU. No quiero a otro F. Castro para mi nieto o mis bisnietos en los próximos cien años.
Es por eso que – a diferencia del exilio cubano, radical y duro, en Estados Unidos u otros países – aplaudo la futura presencia de Canadá, España, Italia, China, India, Brasi, México junto a los EE:UU y otros países y, principalmente, junto a los cubanos, dueños exclusivos del futuro de nuestro país.
Las declaraciones de los congresistas cubano-americanos, que amenazan constantemente a Canadá, a España y a otros países, le hacen muy poco favor a la posibilidad de cambios, sobre todo, en Canadá. Al contrario, puede fortalecer la creencia en el Gobierno canadiense, que no tiene futuro en Cuba. No creo que estas desafortunadas declaraciones, representen a la mayoría de los cubanos en el exilio.
Para mí, la presencia de esos países, es una fuerte garantía para el balance de nuestro futuro.
Debo recordarles a ellos, que si hay un país en el mundo sustentando en la Real Politik, ese país es Estados Unidos de América. Como dijo un personaje norteamericano, “El negocio de Estados Unidos, es hacer negocios” y, ese es un principio básico de las relaciones exteriores de ese país. Otros también lo tienen. Y no hay nada que cambie esta realidad. Ni las amenazas.
Un abrazo.
Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá
He abordado el tema de las relaciones de Canadá y Cuba en numerosas ocasiones. No solo en la prensa escrita, sino también en las oportunidades que me ha dado el Gobierno de Canadá para hacerlo. Me he entrevistado con numerosas personalidades del gobierno en este país, exponiendo la visión de los cubanos sobre esas relaciones. He participadp en las Consultas Anuales del Ministerio de Relaciones Exteriones sobre la situación de los Derechos Humanos en el Mundo, presentando el caso de Cuba.
El 5 de abril de 2005, fui invitado a participar en el debate sobre Cuba en el Comité de Relaciones Internacionales del Parlamento Canadiense. Allí dije:
“Up to now, the policy of the Canadian government has been that of constructive engagement, designed to help solve some of the problems Cuba has had. In 1994 Mr. Chrétien presented his policy in Cuba. What they wanted, or what he wanted, was to help solve some of the human rights issues in the country.
Since then, the Liberal government in Canada has tried to help; however, the actions have been denied. I think the intention was there. They wanted to help, but the efforts failed, given Castro's obstinate blocking of help from any governmental or international association. Castro and the whole regime denied entrance to Christine Chanet, the Special Commissioner for the UN High Commission for Human Rights. Before her, others were denied entry as well. During the last five years they have denied her access along with the International Red Cross, Human Rights Watch, and Amnesty International. They will never be allowed to enter the country.
I think the Canadian government is limited in its policy. The Canadian policy right now has been a complete failure in regard to human rights and political issues. It's good in the economic sense; given the fact that Canada's the second country in investments in Cuba, and it was the second trade partner for Cuba as well”
Creo también ahora, que la política del “Constructive Engagement” ha sido un fracaso desde el punto de vista político y de Derechos Humanos, aunque ha sido un éxito para el Gobierno de Cuba y los empresarios y trabajadores de Canadá. No puedo decir que ha sido un éxito para los trabajadores y el pueblo de Cuba, que no ven los frutos de esas relaciones.
El affair Cuba en Canadá es un asunto particularmente sensible, tanto para la sociedad canadiense como para el Gobierno y sus Partidos Políticos. Son muchas las razones nacionales, económicas y políticas que explican el comportamiento de esta política hacia Cuba. Pero ellas no son objeto de estas líneas.
Desde que dije que Canadá era el segundo en el comercio e inversiones con Cuba, las cosas han cambiado. Ahora, China, Venezuela y España ocupan los primeros lugares. Canadá tiene un primer plano, en el envío de turistas, pero ha caído en el comercio, aunque mantiene una fuerte presencia en las inversiones y continúa su avance en diversas esferas de la economía cubana.
El incremento de las ventas de alimentos de Estados Unidos a Cuba y la posible presencia de empresas estadounidenses en los sectores económicos de la isla, tienen procupados a muchos en este país. Canadá teme perder sus excelentes ventajas en Cuba, dada la cercanía de EE:UU a las costas cubanas y la agresividad comercial e inversionista de las corporaciones de aquel país.
La elección del Sr. Stephen Harper, del Partido Conservador – alejado del poder por mas de 12 años por el Partido Liberal – creó expectativas entre los cubanos y canadienses que apoyan nuestra causa, sobre un cambio en esa política.
Sin embargo, nada ha ocurrido. Y tengo muy bajas expectativas de que se produzcan esos cambios.
El Partido Conservador tiene un Gobierno minoritario y cualquier moción de cambio en esa política, puede traer alianzas de los Liberales, el Partido Nuevo Democrático y el Partido de Quebec, todos de izquierda, para derrocar al Partido Conservador.
Sé que, en la estrategia del Gobierno Conservador pesan, en la actualidad, varios elementos muy importantes, a la hora de planear un cambio con respecto a la isla.
En primer lugar, la situación de incertidumbre con la salida de F. Castro del poder y su traspaso a Raúl Castro. Si Canadá apuesta por Raúl, creyéndolo un reformista, capaz de abrirse al mundo, entonces sus intereses en Cuba estarían a salvo y Canadá podría jugar un papel de puente entre las relaciones USA-Cuba, sin interferir en la rápida expasión de los intereses económicos, comerciales y de inversión de Canadá. This is a Real Politik.
Otro aspecto importante en la balanza, son los enormes descubrimientos de petróleo y gas en las costas de Cuba, donde las canadienses Sherrit International y Pebercan, tienen una fuerte posición y cuya explotación inyectaría cientos de millones de dólares a la economía de este país en un corto plazo.
En la mirilla están también las próximas elecciones en Canadá, donde el Partido Conservador piensa ganar una mayoría, para crear un gobierno sin las manos atadas como ahora. Si esto ocurre, quizá se pudieran esperar algunos cambios hacía Cuba. Pero… hay un último factor en esa evaluación estratégica, que puede impedir esos cambios.
Me refiero al proceso electoral en EE:UU. Si – como se espera – los Demócratas ganan esas elecciones, se producirán inesperados cambios de la política estadounidense hacia Cuba. Hay, en este momento, una extrema presión en el Congreso, para que las empresas norteamericanas no se queden fuera del pastel, que representa el petróleo y la apertura al hambriento mercado cubano para la venta de miles millones de dólares en alimentos, manufacturas, y otras mercancías del poderoso mercado americano. Canadá no quiere quedarse fuera de esa piñata.
Soy Cubano-canadiense. Quiero a Canadá como mi segunda patria. Aquí he sido, por primera vez en mi vida, un ciudadano con derechos y libertades. Tengo la profunda esperanza de que Canada juegue un relevante papel en el futuro democrático de Cuba.
Esa esperanza no sólo responde a mi condición de ciudadano de este país, sino a la perentoria necesidad del equilibrio de Cuba en su comercio, su economía y sus inversiones, con países que constituyan un contrapeso a la cercanía y potencia de EE:UU. No quiero a otro F. Castro para mi nieto o mis bisnietos en los próximos cien años.
Es por eso que – a diferencia del exilio cubano, radical y duro, en Estados Unidos u otros países – aplaudo la futura presencia de Canadá, España, Italia, China, India, Brasi, México junto a los EE:UU y otros países y, principalmente, junto a los cubanos, dueños exclusivos del futuro de nuestro país.
Las declaraciones de los congresistas cubano-americanos, que amenazan constantemente a Canadá, a España y a otros países, le hacen muy poco favor a la posibilidad de cambios, sobre todo, en Canadá. Al contrario, puede fortalecer la creencia en el Gobierno canadiense, que no tiene futuro en Cuba. No creo que estas desafortunadas declaraciones, representen a la mayoría de los cubanos en el exilio.
Para mí, la presencia de esos países, es una fuerte garantía para el balance de nuestro futuro.
Debo recordarles a ellos, que si hay un país en el mundo sustentando en la Real Politik, ese país es Estados Unidos de América. Como dijo un personaje norteamericano, “El negocio de Estados Unidos, es hacer negocios” y, ese es un principio básico de las relaciones exteriores de ese país. Otros también lo tienen. Y no hay nada que cambie esta realidad. Ni las amenazas.
Un abrazo.
Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá
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