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Asdrubal Caner

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Escritor y Poeta

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viernes, 16 de julio de 2010

EL VERDADERO CAMINO DE LA AGRICULTURA CUBANA


Si hay un sector de la economía cubana que constituye la Feria del fracaso castrista, ese sector es la agricultura, incluyendo la agroindustria azucarera.

Mis investigaciones de esos sectores me dieron suficientes elementos, para preveer el más rotundo fracaso e informarlo. Para los años 70-80, comenzó un éxodo de la población rural, que redujo en más del 40% la fuerza de trabajo agrícola. La propia población rural, se redujo dramáticamente. No había aperos de labranza, semillas, maquinarias y otros recursos necesarios, además de los bajísimos precios que se pagaban por los productos agropecuarios.

Esto no fue fortuito: el gobierno utilizó todo esto, como política para meter a todos los campesinos en las Cooperativas, a pesar de que ya habían demostrado su fracaso. La respuesta fue la venta de tierras y la huida de los campesinos a las ciudades.

Esto es sólo parte de la explicación del colapso.

En Cuba había y hay, una estructura de ordeno y mando, al peor estilo napoleónico, sin el más mínimo conocimiento de la dirección económica, que ha destrozado casi todos los sectores productivos, con un efecto dominó para los sectores de servicio, lo que ha generado un estado de hambre y miseria permanente en toda la población, durante medio siglo. Y ese mando único maneja la información en un solo sentido: mandar a los otros, sin escuchar nada.

Ese estilo napoleónico de ordeno y mando, para lo único que ha servido, es para mantener a los dictadores en el poder y, llevar a la ruina a la nación cubana.

Desde 2008, apremiados por la crisis económica mundial, la ineficiencia absoluta del sistema, la falta de recursos financieros y las catástrofes naturales, los Napoleones antillanos comenzaron la entrega de tierras a los campesinos, para tratar de detener el desastre que se expande y podría tener consecuencias catastróficas para el régimen.

Según las últimas informaciones, han entregado algo más de 1 millón de hectáreas de tierra (unas 75 mil caballerías, de las más de 300,000 del gran latifundista del país, el Estado). O sea, el 57% del fondo de tierras existentes, según ellos. Según mis cálculos, es sólo el 25%. Lo que pasa es que ellos no incluyen a las UBPC (Unidades Básicas de Producción Cooperativa), ni a las CPA (Cooperativas de Producción Agropecuaria) como tierras del Estado, cuando en realidad lo son y, son dirigidas en todo, por el Ministerio de Agricultura.

De acuerdo con esa información: “Se estima que sólo el 46 por ciento de las tierras ya entregadas está produciendo, debido a dificultades con el suministro de recursos, la grave sequía que afecta al país y la "infección" de los terrenos con plantas de marabú.”

¿Qué significa entregarles a los solicitantes 13.42 hectáreas de tierra? Eso es una caballería de tierra. Un pequeñísimo minifundio, para morirse de hambre.

Por ello quiero referirme a dos cuestiones importantes:

Primero: Mientras el régimen no entregue las tierras sin condiciones, los campesinos limitarán su acción. Ellos saben que mañana, si al dictador se le ocurre, desaparecerá esas entregas y les quitarán las tierras. En Cuba todo depende de los humores del Invictus Comandante, tal como lo demostró en los años 90, con los mercados campesinos y las reformas que tuvieron lugar.

Segundo: La estupidez y la ignorancia de los dictadores, han llevado a la agricultura del latifundio al minifundio y ambas son lo peor que pudiera ocurrir. La Constitución de 1940 planteaba lo indeseable de ambas formas para la agricultura. El latifundio crea millonarios. El minifundio crea una masa de pobres hambrientos, sin alternativas.

En Cuba se necesita una profunda Reforma Agraria, que entregue 10-15 caballerías por familia, para que se expanda la producción a una extrema velocidad. Permitirá, a la vez, la creación de una clase media en el campo - como en Canadá, EE.UU., Francia. etc. - que tenga una vida decorosa y feliz.

A su vez, hacer de cada una de estas fincas, un centro de producciones varias: producción pecuaria (vacuno, porcino, caballar, ovino, etc.), producción agrícola (azúcar, arroz, frutos menores, maíz, frutas, granos, hortalizas, vegetales), producción de miel de abejas - con excelente precio en el mercado mundial - y otras producciones.

Agrupar a 80-100 de esas fincas, para la entrega de sus producciones a su propio centro industrial y con sus propias marcas, para vender no sólo productos frescos, sino productos enlatados y congelados de alta calidad. Esto implicaría una infraestructura de transporte, laboratorios de calidad, etc. que haga de esas tierras, un emporio de riquezas para todo el país, y de paso, eliminaría a los ladrones intermediarios, que pagan precios irrisorios por el trabajo de los campesinos.

Y desde luego, esas fincas tendrán que pagar por el usufructo de las tierras, los préstamos bancarios y estatales, a partir del cuarto año de producción y, pagar los impuestos, que permitan una redistribución de la riqueza para los campesinos y trabajadores agrícolas y para toda la sociedad cubana. Esto implicaría grandes créditos del Estado y los Bancos, así como acceso a aperos, maquinarias y todo tipo de insumos necesarios para esas producciones agro-industriales. Pero en 12-15 años, la transformación sería enorme, así como el incremento del consumo interno y la exportación.

El latifundio de más del 80% de las tierras en manos del Comandante, ha demostrado el total fracaso de todo ese experimento, que ha hundido a la población en la miseria y la angustia. Los campesinos privados o en cooperativas privadas, con tan sólo el 13% de las tierras, crean el 80% de las producciones agropecuarias, mientras el Estado tiene a cientos de miles de caballerías improductivas y llenas de marabú.

Este es el real camino y no esas engañifas que están haciendo ahora. Cuba necesita una verdadera Reforma Agraria. Cuba necesita un cambio total de ese sistema fracasado.

El problema central de los Castro es el mantenimiento del cetro del poder. Jamás se han preocupado de la población, de sus necesidades y bienestar, de sus ansias de tener una vida decorosa y feliz.

Esta entrega de tierras responde a la táctica de las expectativas, dentro de la estrategia de mantener el poder a toda costa. No va a traer nada sobresaliente, que ayude a los campesinos y, termine con el estado desastroso y angustiante de la alimentación de la población.

Más de 3 millones de personas del oriente del país, recibe alimentos de la FAO… ¿Cuándo se había visto eso en Cuba en la época de la República? ¡Jamás!

Aquellos que prometieron el paraíso en 1959, han entregado el infierno a cambio. Salir de esas galeras olorosas a azufre, no será fácil, para un gobierno cuyo objetivo central no es, ni ha sido nunca, el bienestar de la sociedad cubana.

Siguen los inventos para paliar las presiones y la crisis. Dan ahora libertades que, luego las quitarán. Quieren salir de la presión del momento, para luego volver a “su” camino, que los mantiene en el poder.

Luego vendrá otra crisis y, harán lo mismo. Este es el rejuego que hay que terminar de una vez por todas.

Asdrúbal Caner Camejo

Profesor y Escritor

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