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Asdrubal Caner
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PAISAJE ANTES DE LA BATALLA
Según el periódico Granma “Los mercados agropecuarios estatales de La Habana recibieron en enero sólo el 60% de los alimentos esperados, y en febrero, un 64%, y las reformas que impulsa el gobierno no han dado resultados”
Bueno, el diario de los comunistas habla de “reformas”, porque quiere venderle al pueblo cubano y a la opinión pública internacional, la idea de que se están haciendo reformas, cuando todo el mundo sabe que no hay nada de eso.
El miedo, la rigidez mental, la ineptitud y la soberana arrogancia de los que detentan el poder, han hecho de las reformas, una idea sólo posible, en las Calendas Griegas. Se consideraría un crimen y una alta traición, hablar de reformar algo de lo que el Líder le dejó a su hermanastro. Sería poner en entredicho el genio y la grandiosidad del Invictus Comandante.
Como él ha repetido en innumerables ocasiones, las reformas que tenían que hacerse, ya se hicieron en Cuba en 1959 y punto.
Lo que ocurre es que, la realidad es más testaruda y arrogante que el casi occiso y decrépito Dictador. He aquí el paisaje antes de la batalla: Los mercados están vacíos, los edificios se están derrumbando, las calles y carreteras están llenas de huecos e intransitables, hay sólo 42 centrales trabajando y no habrá azúcar, pero tampoco hay dinero para comprar en Colombia o Brasil; es súper crítica la situación de higiene, medicinas y de recursos de los hospitales de todo el país y no hay médicos que los atiendan, se mueren de hambre e hipotermia los pacientes, se ahonda la pobreza extrema y el hambre en la población y hay una enorme preocupación por la desaparición de gatos y perros en las ciudades para alimentación de las personas; el estado sanitario de pueblos y ciudades es deplorable, el transporte es cada día peor, la educación está totalmente desvencijada, caen en picada los precios del níquel y los ingresos del turismo, surgen graves acusaciones de racismo, los campesinos se quejan de los excesos de burocracia, descoordinación y rigidez en la producción y distribución de alimentos, de que no hay fertilizantes, pesticidas, aperos y combustible; no hay liquidez y los empresarios extranjeros se están marchando, lo que lleva al país a un fuerte proceso de descapitalización que afecta toda la vida económica. Las principales producciones han caído en picada, y aún no se recuperan de los niveles de 1989 y, las exportaciones continúan a un 70% por debajo del nivel de ese año. Los ridículos salarios y la doble moneda no permiten respuestas de productividad a ninguna nueva ley o llamado. Y el multimillonario de Miraflores ya no puede tener las manos tan abiertas y regalonas, porque también tiene su ano en remojo. Las pandillas de delincuentes asaltan en las autopistas, carreteras y ciudades. La violencia juvenil se expande y se expresa en las calles, en el reguetón, hip-hop y otras músicas contestatarias; los jóvenes universitarios protestan por la alimentación y las condiciones de vida en las becas; se ha triplicado el sida en quince años, por el incremento del turismo sexual y la prostitución de niñas y adolescentes sube a niveles nunca vistos en el país; el robo, la corrupción y el desvío de recursos alcanza cotas imparables y, la frustración, la descreencia y la desesperanza abarca a toda la población.
El absoluto dominio del decrépito Invictus, de los medios masivos de comunicación, les ha puesto la sagrada misión de esconder estas realidades y, en cambio, presentar la Cuba idílica, llena de bienestar y felicidad proletaria. Pero ya esa feroz manipulación, ese barraje del celestial comunismo, no funciona.
Mientras tanto… ¿Cómo responde el gobierno a este desolador panorama? ¿Con un modelo de reformas amplias y radicales?
¡!No!! Responde de forma estúpida e ignorante: eliminando los subsidios a los trabajadores desempleados, cerrando los comedores obreros, quitándole las chequeras a 84,500 ancianos, enfermos y niños abandonados por uno de sus padres, eliminando productos subsidiados de la tarjeta de racionamiento, que ya casi cumple medio siglo. Cualquiera se da cuenta, que estás medidas sólo van a profundizar toda esa insostenible situación económica, social y moral, y van a crear un estado alarmante de malestar popular, mientras que el Gobierno no deja de pedir que la población se apriete el cinturón. Lo único que está haciendo, como siempre, es cargar toda la brutal fuerza de la crisis, en el pueblo cubano.
Ahora, los estudiantes de las universidades de Oriente y Holguín están pidiendo acceso a Internet y esa petición se está generalizando; de acuerdo a la CCDHR la represión es más intensa que nunca. Crecen las protestas de la población y crecen también las golpizas, las detenciones arbitrarias, los encarcelamientos, las expulsiones de centros de trabajo y universidades.
Yoani Sánchez advirtió que la represión del gobierno de Cuba "irá más allá de cerrar" blogs. Los bloggeros esperan una inusitada represión de la policía política, de los hackers de la UCI y de las provincias, introducción de virus, comentarios apologéticos del castrismo, bloquear las entradas de los post, corte y clausura de los teléfonos móviles y finalmente, cierre de los blogs alternativos de la isla-cárcel.
En esa razzia caerán también los disidentes, periodistas independientes, Damas de Blanco, las asociaciones de la sociedad civil, bibliotecarios y ex presos políticos con o sin licencia extra penal.
Como ya se dice, en el Reporte sobre Cuba 2009 de Human Rights Watch: “Cuba sigue siendo el único país de América Latina donde se reprimen casi todas las formas de disenso político. El gobierno continúa imponiendo el consenso político a través de procesos penales, detenciones breves y a largo plazo, hostigamiento, denegación de empleo y restricciones de viaje”
En la Cuba del Dr. Castro, no hay nada más peligroso que disentir, porque se paga con la cárcel, el exilio o la muerte.
La propia Iglesia Católica por medio de su columna de análisis, en la revista católica Palabra Nueva, hizo un llamado a abrir el diálogo interno sobre la actual crisis económica de la Isla.
Anteriormente el Padre Boris Moreno, sacerdote y economista, había señalado que la situación económica "se ha tornado bastante complicada y con visos de caer ‘en picada’, con ‘rizos’ estremecedores como los acaecidos entre los años 1990 y 1994".
Casi todos los que escriben sobre Cuba, reconocen la inexistencia de un modelo de política económica, ni definiciones estratégicas, ni perspectivas realísticas, ni voluntad política para enfrentar la gravísima crisis por la que atraviesa la sociedad cubana. No hay ninguna estrategia económica, social y menos política, de quitarle el machete de la yugular al pueblo cubano.
Lo que realmente se ve, es el atrincheramiento del Gobierno-Partido-Estado en la más rancia postura estalinista, ahora mantenida sin el apoyo del pueblo y contra el pueblo, sobre la base de la represión, el terror y la violencia de las armas. No han aprendido nada de Napoleón cuando dijo que no se puede estar sentado sobre las bayonetas por mucho tiempo. Y el tiempo se está acabando después de media centuria.
Pero, aún suponiendo la descabellada idea de reformas para marchar a medias, a una economía de mercado… ¿dónde están los dirigentes, los especialistas y profesionales, para llevar a cabo, con pleno éxito, esta tarea homérica? ¿Dónde están los recursos tecnológicos, financieros, la mano de obra calificada, las estructuras e infraestructuras? ¿Y dónde está la educación y todo el andamiaje jurídico para concretar esas reformas? Es simplemente iluso.
Aún pensando que todo eso sea posible, faltaría algo esencial, que ha desaparecido de la isla durante medio siglo: la libertad. Libertad individual, de iniciativa, de elección, de inversión, de precios, de capital, de comercio, para hacer lo que más convenga a los intereses de los negocios, sin la perturbadora intromisión de una burocracia absolutamente ignorante de las reglas de la libre empresa, y reconstruir todo el entramado del mercado. La libertad es la base cierta e infalible del mercado.
En su obra “Liberalismo”, Ludwig von Mises escribe: “Si fuera posible en la sociedad socialista cifrar la productividad del trabajo de cada camarada con la misma precisión con que se puede conocer, mediante el cálculo económico, la del trabajador en el mercado, podría hacerse funcionar el socialismo sin que la buena o mala fe del individuo en su actividad productiva tuviera que preocupar a nadie. Podría entonces la comunidad socialista determinar qué cuota de la producción total corresponde a cada trabajador y, consiguientemente, cifrar la cuantía en que cada uno ha contribuido a ella. El que en una sociedad colectivista no sea posible efectuar semejante cálculo es lo único que, al final, hace que el socialismo sea inviable”.
Por otra parte, no es únicamente el atrincheramiento estalinista, sino también, el confortable bunker del aislamiento internacional que los aleja de toda inspección pública de lo que hacen.
Hace tres días, el Director Nacional de Inteligencia de EE.UU. C. Blair, en un informe sobre la situación económica de Cuba y Venezuela, señaló que “Cuba no ha mostrado señales de querer una relación más estrecha con EE.UU. Sin los envíos subvencionados de petróleo de Venezuela, de alrededor de 100.000 barriles diarios, la grave situación económica sería aún peor. El presidente Raúl Castro teme que un cambio económico rápido o significativo podría socavar el control del régimen y debilitar la revolución, y su gobierno no muestra señales de aliviar la represión a los disidentes políticos”
El viejo modelo castrista, incompatible con cualquier modelo de A. Latina o del mundo, se cae a pedazos, no sólo por la arrogancia y tozudez de una generación que no tiene ya ni destino, ni cabida, ni visión de la actualidad, sino –y principalmente – porque el pueblo y los jóvenes en primer lugar, dejaron de creer en el paraíso donde nunca ellos vivieron, ni menos aún, Adán y Eva.
Este es el paisaje, no después, sino antes de la batalla. Nadie sabe cómo quedará ese preliminar y desolador paisaje, después de la batalla final de los cubanos, por la libertad, la democracia y el reino de la ley y la justicia para todos.
Lo que si es cierto para mí, es que, el costo y el tiempo de reconstrucción de nuestra Patria son impredecibles, y será una empresa de titanes. Pero yo ni nadie, tiene la menor duda que lo haremos. Por salir del comunismo castrista, estamos dispuestos a derrumbar el Himalaya y reconstruirlo de nuevo. La Patria es ara y no pedestal.
Un abrazo.
Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá.