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viernes, 17 de agosto de 2007
LA SOLEDAD DE LA CRUZ
(Carta a Soledad Cruz)
Señora Soledad Cruz:
He leído con suma atención su artículo “El revolucionario riesgo de la verdad”, publicado en Kaos en la red.
Estaba de vacaciones y, un amigo de España, me mandó su artículo, para que le diera mi opinión. Buscando en Internet, me he dado cuenta de las decenas de respuestas a sus críticas, tan inusuales en comunistas tan comprometidos como usted.
También leí con mucho cuidado el trabajo de Keterinjuk en Rebelión.
Este último, es un serio intento por desentrañar las causas del colapso total del bloque comunista soviético, que luego comentaré.
El título de su artículo, es una joya. Una joya del MIEDO. Del abominable miedo, que el castrismo implantó en la sociedad cubana. Cuando alguien como usted habla del “riesgo” de la verdad, desconoce que hace más de 100 años, alguien en Cuba escribió alguna vez: ”Sólo la verdad nos pondrá la toga viril” o lo que dijo el Apóstol de Cuba - que F. Castro tomó como bandera, para justificar la impunidad de su poder, en el colmo del cinismo - : “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado"
Por otra parte, para mí es muy sospechoso que ahora salgan a la palestra pública, las Mariela Castro, Celia Hart y usted, con una avalancha de artículos y comentarios de corte críticos o troskistas-guevaristas, aunque siempre defendiendo al cadáver de la “Revolución Cubana”. Sospechoso porque ahora, al cabo de cincuenta años, “descubren” algunas cosillas y pequeños “errores” del castrismo, como lo que señala sobre la imposibilidad de “sentar en su carro a un extranjero”, o los bajos salarios.
Ante todo, debo reconocer – aunque muy tardía y limitada - su riesgo de expresar esas opiniones. Por esas mismas opiniones, han pasado por el infierno de las cárceles castristas, miles de periodistas y pacíficos disidentes.
Es también alucinante, que descubra en el serio trabajo de Keterinjuk, las visiones de la caída del comunismo, cuando ustedes – los hijos privilegiados del castrismo – podían acceder a los “infiernillos” de libros prohibidos de las Universidades o de las bibliotecas, para leer a George Orwell en “1984” o los escritos de los disidentes polacos de la Universidad de Varsovia.
O simplemente investigar en la terrible realidad del terror contra los pensadores heterodoxos, contra los periodistas independientes, contra los sindicalistas.
Por expresiones similares a las suyas, en abril de1980, siendo Profesor de la Universidad de Oriente, fui denunciado por los comunistas de dicha universidad y detenido por la Stasi cubana. Sometido a 72 horas de interrogatorios en Santiago de Cuba, salí de allí, con la Advertencia de que, si repetía, sería convicto por “Propaganda Enemiga”.
Era primera vez que escuchaba ese cargo criminal. Y fue como un despertar.
A esa gentuza oportunista, no les interesó mi historia de luchador revolucionario y combatiente internacionalista, para destrozar mi vida. Fui llevado al ostracismo y a la vigilancia sistemática de la Seguridad, durante los próximos catorce años. A pesar de ello, continué trabajando y relizando mi Doctorado en Ciencias Económicas. Y desde luego, entré en un grupo de escritores disidentes de Santiago de Cuba, creado por Ismael Sambra y otras personas, desmembrado por la KGB cubana.
Recuerdo un episodio particularmente doloroso, pero ejemplar de la naturaleza del sistema que se había creado en mi país. Ocurrió en 1989, en la Pre-Defensa de mi Tesis de Doctor sobre “Problemas de la ineficiencia y la irrentabilidad de la industria azucarera cubana”, inscripto en la Academia de Ciencias de Cuba como “Problema Ramal 534: Investigaciones económicas de la agro industria azucarera”. Cuando terminé de expresar el resumen de dicho documento, el Presidente del Consejo Científico Dr. Ramón Rodriguez Betancourt, militante del PCC, graduado de Doctor en la URSS, me dijo: “Compañero Profesor…¿Ud. cree que nosotros podemos enviarle esta Tesis a nuestro Comandante en Jefe?” Punto. De un plumazo, un imbécil oportunista, bajo la dirección de otro estúpido de la Seguridad, destruía ocho años de profundas y serias investigaciones en el principal sector de la economía cubana, que hubieran prevenido el actual colapso de la industria azucarera del país.
Las fuerzas más contrarevolucionarias que hay en Cuba, son los mismos comunistas y el aparato de la Seguridad del Estado. Son la élite más reaccionaria y recalcitrante de la superestructura del poder. Ellos, junto a su Comandante, su hermano Raúl y el resto de los dirigentes históricos, han aplastado el sueño de la sociedad cubana, de vivir en una democracia con solidaridad social, como había prometido F. Castro en La Historia me Absolverá.
Estoy de acuerdo con usted cuando escribe que “ se guardaba silencio sin tener en cuenta que silenciar los problemas reales es la mejor forma de hacerlos mayores”. No ha habido gobierno en Cuba, menos transparente, antidemocrático y de tan masivo ocultamiento, como lo ha sido el castrismo. Eso ha creado la absoluta impunidad del poder. El castrismo a usado las riquezas del país a su antojo, hasta agotarlas y llevar a la sociedad cubana a los niveles de miseria y pobreza actuales
Lo que usted no entiende es que el castrismo es una superestructura de dominación de la sociedad cubana, como lo fue el stalinismo en los países del Este de Europa.
He escrito en otros artículos, las palabras de Trosky en “El Profeta Desterrado” de Isaac Deutscher: “ El proletariado sustituye a toda la sociedad. El Partido sustituye a la clase obrera. El Comité Central sustituye al Partido. El Buro Político sustituye al Comité Central. Y el Secretario General sustituye al Buro Político” Es la dictadura personal. La impunidad absoluta. Nadie como F. Castro para decidir lo que puede y no puede ser. Así ha manejado a Cuba, basado en sus ideas y la fuerza de la violencia, la represión y el terror.
Lo que no pudo imaginar F. Castro es que el terror sólo conduce a duplicar el grueso de la máscara del pueblo. Y que, bajo esas condiciones, pueden pasar cincuenta años, pero no más. El pueblo de Cuba se está saliendo del teatro que el castrismo creó, desde el primer día de la toma armada del poder.
Lo que usted ni Katerinjuk pueden reconocer, para explicar el desastroso descalabro del comunismo, como teoría y como sistema, es lo siguiente:
- El comunismo es una estructura y superestructura político-económica artificial, no salida del propio desarrollo de las fuerzas productivas, sino, impuesta a la fuerza por un Partido, basado en una concepción utópica de la sociedad. Quien haya leído a Marx sabe que, ningún modo de producción desaparece, hasta que no desarrolla todas las potencialidades de sus fuerzas productivas. Lo demas es pura política y, la política no puede crear modos de producción nuevos. Esa es la falsedad de los Partidos Comunistas y los movimientos radicales de izquierda. La política y la ideología, son lo que dijo F. Engels, “una falsa conciencia”. Y yo agregaría que son el basamento supraestructural del terror comunista, en su afan de imponer una utopía imposible.
- La destrucción del mercado y sus leyes, es el peor error de los Partidos Comunistas, en busca de la justicia social, porque eso conduce al estancamiento y la miseria, y jamás podrá llevar a la sociedad al bienestar y la solidaridad social.
Al eliminar las relaciones monetario-mercantiles, el comunismo se liquida a sí mismo, como posible alternativa de distribución de la riqueza.
Y eso se puede explicar con las propias palabras de Marx- citadas por Keterinjuk: “La burguesía no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción, que tanto vale decir el sistema todo de la producción, y con él todo el régimen social. […] La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes.” (C.Marx y F. Engel: El Manifiesto Comunista”
Esa es la extraordinaria ventaja del mercado: es la fuente original de la civilización y de las riquezas, desde el tiempo de los fenicios.
Para un socialista como yo, conocedor y estudioso profundo de la teoría económica marxista, de la cual fui Profesor por casi 20 años, la acción del mercado y de sus leyes genera graves desigualdades y polariza la riqueza y la pobreza.
Y es en este aspecto que entra la función reguladora del Estado y el Gobierno: redistribuir de la forma más justa las riquezas creadas por la sociedad.
No habrá jamas igualitarismo, pero permitirá un bienestar compartido, sin miserias ni riquezas enajenantes, como ha ocurrido en el capitalismo de EE:UU.
Evidentemente, su artículo, a pesar de su riesgo personal, carece de toda fundamentación teorética. Es pobreza intelectual envuelta en las telarañas del miedo. Pensar que Raúl o Fidel Castro, pueden salvar “la revolución” es una expresión de sus miedos.
Mi generación se desgastó luchando por la Revolución. Creímos en su mensaje martiano y antiimperialista. Pensabamos construir un país independiente, democrático y de bienestar y justicia social. Y cuando vimos que no era así, nos convertimos en disidentes. Y hemos pagado el precio del odio, el rencor y la vileza de la impunidad absoluta del poder.
Fue todo lo contrario. Nuestro país fue y es lo menos independiente, lo más despótico, y lo más mísero que se puede encontrar en América Latina en estos momentos.
Hemos retrocedido más de cien años y, ahora – como me dijo un intelectual y profundo pensador de Santiago de Cuba, aplastado por la brutal maquinaria castrista – estamos en las manos de los Estados Unidos, como nunca antes en la triste historia de nuestro país.
Esa superestructura hegeliana de la que habla Katerinjuk, convirtió al Estado cubano, en una de los entramados del poder más asesinos, brutales y despóticos que recuerda nuestro país. La represión y el terror, convirtieron nuestros sueños, en un bunker llenos de siervos, propiedad de los hermanos Castro. Ni Machado, ni Menocal, ni Batista, ni ninguno de los otros presidentes y dictadores de Cuba, han llevado al país a la bancarrota económica, política, jurídica, institucional y ética a que nos ha llevado el castrismo.
Es tal la fragilidad y la vulnerabilidad de la situación actual, que un simple ciclón en la actual temporada, puede ser la gota que colme la copa de paciencia y fulmine el miedo de la sociedad cubana, y se abra una desastrosa etapa de violencia y sangre, casi imposible de parar.
Ya es muy tarde. Ni las Mariela Castro, ni las Celia Hart, ni la Soledad Cruz pueden convertirse en portavoces de los cambios en Cuba. Nadie va a creer en sus mensajes. No hay credibilidad, después de tanto tiempo en el silencio y en el disfrute de los privilegiados.
Los que hemos vivido la soledad y los martirios de la cruz, hemos aprendido la naturaleza criminal de ese engendro diabólico que es el castrismo.
Por último, quisiera esclarecerle algo: ese “atorrante exilio de Miami” ha mantenido en alto nuestra decencia ciudadana, nuestra lengua, nuestras costumbres, nuestra cultura y los valores democráticos que destrozó su Comandante. Ha mostrado al mundo, la entereza y la bravura del pueblo cubano. Y lo mejor: Fidel Castro los expulsó de Cuba con lo que tenían puesto. Hoy son una comunidad con una riqueza estraordinaria. Ellos, ha diferencia del mensaje de odio que le enseñó el castrismo, muestran al pueblo de Cuba, lo que se puede lograr en libertad y democracia.
Ahora, que su moribundo Comandante en Jefe escribe “El Imperio y la independencia de Cuba”, para tratar de vendernos la idea que su lucha fue contra la dominación de EE:UU, y de escamotear sus verdaderos propósitos dictatoriales, quiero decirle que él fue el principal contrarevolucionario y mercenario al servicio del imperialismo que ha conocido el pueblo de Cuba. Y eso, jamás se lo vamos a perdonar.
Usted comienza a vivir La Soledad de la Cruz. Sé muy bien que su tutor, Carlos Aldana, está de vuelta en el equipo de Raúl. Y eso la salvará de Villa Marista.
Le recomiendo que entre en mi sitio: http://cayocanasisland.blogspot.com
Allí encontrará algunas de las explicaciones que usted necesita. Al menos, son mis reflexiones sobre nuestra tragedia, aunque hay otros sitios de una seriedad incuestionable, que tienen también otras visiones.
Saludos desde este angustiante destierro.
Asdrúbal Caner Camejo
Un abrazo para mis lectores
Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá.
Señora Soledad Cruz:
He leído con suma atención su artículo “El revolucionario riesgo de la verdad”, publicado en Kaos en la red.
Estaba de vacaciones y, un amigo de España, me mandó su artículo, para que le diera mi opinión. Buscando en Internet, me he dado cuenta de las decenas de respuestas a sus críticas, tan inusuales en comunistas tan comprometidos como usted.
También leí con mucho cuidado el trabajo de Keterinjuk en Rebelión.
Este último, es un serio intento por desentrañar las causas del colapso total del bloque comunista soviético, que luego comentaré.
El título de su artículo, es una joya. Una joya del MIEDO. Del abominable miedo, que el castrismo implantó en la sociedad cubana. Cuando alguien como usted habla del “riesgo” de la verdad, desconoce que hace más de 100 años, alguien en Cuba escribió alguna vez: ”Sólo la verdad nos pondrá la toga viril” o lo que dijo el Apóstol de Cuba - que F. Castro tomó como bandera, para justificar la impunidad de su poder, en el colmo del cinismo - : “Libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Un hombre que obedece a un mal gobierno, sin trabajar para que el gobierno sea bueno, no es un hombre honrado"
Por otra parte, para mí es muy sospechoso que ahora salgan a la palestra pública, las Mariela Castro, Celia Hart y usted, con una avalancha de artículos y comentarios de corte críticos o troskistas-guevaristas, aunque siempre defendiendo al cadáver de la “Revolución Cubana”. Sospechoso porque ahora, al cabo de cincuenta años, “descubren” algunas cosillas y pequeños “errores” del castrismo, como lo que señala sobre la imposibilidad de “sentar en su carro a un extranjero”, o los bajos salarios.
Ante todo, debo reconocer – aunque muy tardía y limitada - su riesgo de expresar esas opiniones. Por esas mismas opiniones, han pasado por el infierno de las cárceles castristas, miles de periodistas y pacíficos disidentes.
Es también alucinante, que descubra en el serio trabajo de Keterinjuk, las visiones de la caída del comunismo, cuando ustedes – los hijos privilegiados del castrismo – podían acceder a los “infiernillos” de libros prohibidos de las Universidades o de las bibliotecas, para leer a George Orwell en “1984” o los escritos de los disidentes polacos de la Universidad de Varsovia.
O simplemente investigar en la terrible realidad del terror contra los pensadores heterodoxos, contra los periodistas independientes, contra los sindicalistas.
Por expresiones similares a las suyas, en abril de1980, siendo Profesor de la Universidad de Oriente, fui denunciado por los comunistas de dicha universidad y detenido por la Stasi cubana. Sometido a 72 horas de interrogatorios en Santiago de Cuba, salí de allí, con la Advertencia de que, si repetía, sería convicto por “Propaganda Enemiga”.
Era primera vez que escuchaba ese cargo criminal. Y fue como un despertar.
A esa gentuza oportunista, no les interesó mi historia de luchador revolucionario y combatiente internacionalista, para destrozar mi vida. Fui llevado al ostracismo y a la vigilancia sistemática de la Seguridad, durante los próximos catorce años. A pesar de ello, continué trabajando y relizando mi Doctorado en Ciencias Económicas. Y desde luego, entré en un grupo de escritores disidentes de Santiago de Cuba, creado por Ismael Sambra y otras personas, desmembrado por la KGB cubana.
Recuerdo un episodio particularmente doloroso, pero ejemplar de la naturaleza del sistema que se había creado en mi país. Ocurrió en 1989, en la Pre-Defensa de mi Tesis de Doctor sobre “Problemas de la ineficiencia y la irrentabilidad de la industria azucarera cubana”, inscripto en la Academia de Ciencias de Cuba como “Problema Ramal 534: Investigaciones económicas de la agro industria azucarera”. Cuando terminé de expresar el resumen de dicho documento, el Presidente del Consejo Científico Dr. Ramón Rodriguez Betancourt, militante del PCC, graduado de Doctor en la URSS, me dijo: “Compañero Profesor…¿Ud. cree que nosotros podemos enviarle esta Tesis a nuestro Comandante en Jefe?” Punto. De un plumazo, un imbécil oportunista, bajo la dirección de otro estúpido de la Seguridad, destruía ocho años de profundas y serias investigaciones en el principal sector de la economía cubana, que hubieran prevenido el actual colapso de la industria azucarera del país.
Las fuerzas más contrarevolucionarias que hay en Cuba, son los mismos comunistas y el aparato de la Seguridad del Estado. Son la élite más reaccionaria y recalcitrante de la superestructura del poder. Ellos, junto a su Comandante, su hermano Raúl y el resto de los dirigentes históricos, han aplastado el sueño de la sociedad cubana, de vivir en una democracia con solidaridad social, como había prometido F. Castro en La Historia me Absolverá.
Estoy de acuerdo con usted cuando escribe que “ se guardaba silencio sin tener en cuenta que silenciar los problemas reales es la mejor forma de hacerlos mayores”. No ha habido gobierno en Cuba, menos transparente, antidemocrático y de tan masivo ocultamiento, como lo ha sido el castrismo. Eso ha creado la absoluta impunidad del poder. El castrismo a usado las riquezas del país a su antojo, hasta agotarlas y llevar a la sociedad cubana a los niveles de miseria y pobreza actuales
Lo que usted no entiende es que el castrismo es una superestructura de dominación de la sociedad cubana, como lo fue el stalinismo en los países del Este de Europa.
He escrito en otros artículos, las palabras de Trosky en “El Profeta Desterrado” de Isaac Deutscher: “ El proletariado sustituye a toda la sociedad. El Partido sustituye a la clase obrera. El Comité Central sustituye al Partido. El Buro Político sustituye al Comité Central. Y el Secretario General sustituye al Buro Político” Es la dictadura personal. La impunidad absoluta. Nadie como F. Castro para decidir lo que puede y no puede ser. Así ha manejado a Cuba, basado en sus ideas y la fuerza de la violencia, la represión y el terror.
Lo que no pudo imaginar F. Castro es que el terror sólo conduce a duplicar el grueso de la máscara del pueblo. Y que, bajo esas condiciones, pueden pasar cincuenta años, pero no más. El pueblo de Cuba se está saliendo del teatro que el castrismo creó, desde el primer día de la toma armada del poder.
Lo que usted ni Katerinjuk pueden reconocer, para explicar el desastroso descalabro del comunismo, como teoría y como sistema, es lo siguiente:
- El comunismo es una estructura y superestructura político-económica artificial, no salida del propio desarrollo de las fuerzas productivas, sino, impuesta a la fuerza por un Partido, basado en una concepción utópica de la sociedad. Quien haya leído a Marx sabe que, ningún modo de producción desaparece, hasta que no desarrolla todas las potencialidades de sus fuerzas productivas. Lo demas es pura política y, la política no puede crear modos de producción nuevos. Esa es la falsedad de los Partidos Comunistas y los movimientos radicales de izquierda. La política y la ideología, son lo que dijo F. Engels, “una falsa conciencia”. Y yo agregaría que son el basamento supraestructural del terror comunista, en su afan de imponer una utopía imposible.
- La destrucción del mercado y sus leyes, es el peor error de los Partidos Comunistas, en busca de la justicia social, porque eso conduce al estancamiento y la miseria, y jamás podrá llevar a la sociedad al bienestar y la solidaridad social.
Al eliminar las relaciones monetario-mercantiles, el comunismo se liquida a sí mismo, como posible alternativa de distribución de la riqueza.
Y eso se puede explicar con las propias palabras de Marx- citadas por Keterinjuk: “La burguesía no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción, que tanto vale decir el sistema todo de la producción, y con él todo el régimen social. […] La época de la burguesía se caracteriza y distingue de todas las demás por el constante y agitado desplazamiento de la producción, por la conmoción ininterrumpida de todas las relaciones sociales, por una inquietud y una dinámica incesantes.” (C.Marx y F. Engel: El Manifiesto Comunista”
Esa es la extraordinaria ventaja del mercado: es la fuente original de la civilización y de las riquezas, desde el tiempo de los fenicios.
Para un socialista como yo, conocedor y estudioso profundo de la teoría económica marxista, de la cual fui Profesor por casi 20 años, la acción del mercado y de sus leyes genera graves desigualdades y polariza la riqueza y la pobreza.
Y es en este aspecto que entra la función reguladora del Estado y el Gobierno: redistribuir de la forma más justa las riquezas creadas por la sociedad.
No habrá jamas igualitarismo, pero permitirá un bienestar compartido, sin miserias ni riquezas enajenantes, como ha ocurrido en el capitalismo de EE:UU.
Evidentemente, su artículo, a pesar de su riesgo personal, carece de toda fundamentación teorética. Es pobreza intelectual envuelta en las telarañas del miedo. Pensar que Raúl o Fidel Castro, pueden salvar “la revolución” es una expresión de sus miedos.
Mi generación se desgastó luchando por la Revolución. Creímos en su mensaje martiano y antiimperialista. Pensabamos construir un país independiente, democrático y de bienestar y justicia social. Y cuando vimos que no era así, nos convertimos en disidentes. Y hemos pagado el precio del odio, el rencor y la vileza de la impunidad absoluta del poder.
Fue todo lo contrario. Nuestro país fue y es lo menos independiente, lo más despótico, y lo más mísero que se puede encontrar en América Latina en estos momentos.
Hemos retrocedido más de cien años y, ahora – como me dijo un intelectual y profundo pensador de Santiago de Cuba, aplastado por la brutal maquinaria castrista – estamos en las manos de los Estados Unidos, como nunca antes en la triste historia de nuestro país.
Esa superestructura hegeliana de la que habla Katerinjuk, convirtió al Estado cubano, en una de los entramados del poder más asesinos, brutales y despóticos que recuerda nuestro país. La represión y el terror, convirtieron nuestros sueños, en un bunker llenos de siervos, propiedad de los hermanos Castro. Ni Machado, ni Menocal, ni Batista, ni ninguno de los otros presidentes y dictadores de Cuba, han llevado al país a la bancarrota económica, política, jurídica, institucional y ética a que nos ha llevado el castrismo.
Es tal la fragilidad y la vulnerabilidad de la situación actual, que un simple ciclón en la actual temporada, puede ser la gota que colme la copa de paciencia y fulmine el miedo de la sociedad cubana, y se abra una desastrosa etapa de violencia y sangre, casi imposible de parar.
Ya es muy tarde. Ni las Mariela Castro, ni las Celia Hart, ni la Soledad Cruz pueden convertirse en portavoces de los cambios en Cuba. Nadie va a creer en sus mensajes. No hay credibilidad, después de tanto tiempo en el silencio y en el disfrute de los privilegiados.
Los que hemos vivido la soledad y los martirios de la cruz, hemos aprendido la naturaleza criminal de ese engendro diabólico que es el castrismo.
Por último, quisiera esclarecerle algo: ese “atorrante exilio de Miami” ha mantenido en alto nuestra decencia ciudadana, nuestra lengua, nuestras costumbres, nuestra cultura y los valores democráticos que destrozó su Comandante. Ha mostrado al mundo, la entereza y la bravura del pueblo cubano. Y lo mejor: Fidel Castro los expulsó de Cuba con lo que tenían puesto. Hoy son una comunidad con una riqueza estraordinaria. Ellos, ha diferencia del mensaje de odio que le enseñó el castrismo, muestran al pueblo de Cuba, lo que se puede lograr en libertad y democracia.
Ahora, que su moribundo Comandante en Jefe escribe “El Imperio y la independencia de Cuba”, para tratar de vendernos la idea que su lucha fue contra la dominación de EE:UU, y de escamotear sus verdaderos propósitos dictatoriales, quiero decirle que él fue el principal contrarevolucionario y mercenario al servicio del imperialismo que ha conocido el pueblo de Cuba. Y eso, jamás se lo vamos a perdonar.
Usted comienza a vivir La Soledad de la Cruz. Sé muy bien que su tutor, Carlos Aldana, está de vuelta en el equipo de Raúl. Y eso la salvará de Villa Marista.
Le recomiendo que entre en mi sitio: http://cayocanasisland.blogspot.com
Allí encontrará algunas de las explicaciones que usted necesita. Al menos, son mis reflexiones sobre nuestra tragedia, aunque hay otros sitios de una seriedad incuestionable, que tienen también otras visiones.
Saludos desde este angustiante destierro.
Asdrúbal Caner Camejo
Un abrazo para mis lectores
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