Cayo Canas Island

Con el título “La casa de la discordia”, BBC en Español, saca un artículo hoy, sobre una discordia entre familias cubanas, dueñas ambas de la misma casa. Una es la familia Rodriguez, de Miami y la otra, la familia Pereira en La Habana.
Un problema que afecta a cientos de miles de ciudadanos cubanos, de la isla y del exterior.
El Demonio de Birán, puede, antes de morir, suscribir las palabras de Luis XV, “Aprés moi, le déluge”
Nos deja un país arrasado, muerto de hambre y miserias, y dividido hasta el tuétano de los huesos.
Este grave caso de las reclamaciones de vivienda y propiedades, tendrá que ser objeto de una solución sabia y bien estudiada.

Habrá que estudiar las experiencias y soluciones que dio la Europa del Este y otros países, para tratar un tema tan delicado, que puede desatar serios y violentos disturbios en el futuro de nuestro país.
Es una solución que corresponde al pueblo de Cuba y, a un futuro gobierno democrático, sin intervenciones o presiones extranjeras.
La familia Pereira es un ejemplo del caos que ha generado el castrismo. Hace diez años, compraron o permutaron la casa, en condiciones ruinosas, según su testimonio. Han hecho grandes inversiones para su reparación. ¿Cúantas familias han pasado por esa casa? No se sabe. ¿Se les podrá despojar de su derecho, certificado por un título de propiedad, de esta vivienda?.
Las familias cubanas que viven en esas casas, no pueden recibir ese tipo de amenazas, de los cubanos que vivimos en el exterior.
Corresponde al Estado futuro, pagar o indemnizar a las familias que viven en Cuba o el extranjero, y buscar soluciones pacíficas y decentes para cada caso. Ese debe ser el mensaje para todos los cubanos, de adentro y de afuera: se buscarán soluciones en que ninguna familia salga perdiendo o se quede en la calle.

Después de medio siglo de terribles sufrimientos de todas las familias, el Dictador no puede ser nuestro maestro, en la solución de ese perverso y malvado caos.
Somos un país civilizado. A pesar de los intentos comunistas por destrozarnos como sociedad, no le daremos el placer al tirano, a que nos mire, desde su tumba miserable, con la sonrisa de la victoria, de vernos divididos y en una guerra civil, por casas y propiedades.
Solo el amor, la inteligencia, la comprensión, la unidad de fines y la solidaridad entre todos, nos pondrá en el camino de resolver todo el odio y la perversidad de estas acciones.
La vida y el bienestar de todos los cubanos, está, desde ahora en nuestras manos.

Si queremos que el pueblo de la isla, se mueva y salga del miedo y del inmovilismo, el mensaje del exilio no puede ser el de reclamaciones y vendetas, que continúen aumentado el miedo a una salida democrática.
¡Es el retorno a nuestra sagrada Patria, lo que está por encima de todo!
Y ya allí, entre todos, buscar las soluciones que nos han sido negadas, durante este calvario infinito, que aún no termina. Ese será nuestro mejor tributo, al hombre que dijo “Con todos y para el bien de todos”

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSC
en Canadá.