Cayo Canas Island

Por Luis Tornés Aguililla. 26 de agosto de 2012



Durante la reciente elección a la presidencia de la República Francesa ( « R.F » para los íntimos ) lo que quedaba del Partido Comunista Francés y de la nebulosa de la extrema izquierda, se unió a los seguidores del ex socialista e inspirado camarada Jean–Luc Melenchon cuya retórica insurreccional en las reuniones públicas durante la campaña parecía llegar directamente de un Estado Mayor instalado en algún lugar de la cuenca del Caribe.

Toda esa tropa formó lo que ellos mismos llamaron la « Unión de Izquierda » que, efectivamente, provocó una especie de ilusión atávica porque los franceses, por lo general, son dados al lirismo revolucionario en cuanto asoman banderas, melenas y algarabía jacobina.

Pero al final del cuento, malos fueron los resultados electorales de Jean–Luc Melenchon y de su « Unión de Izquierda » porque obtuvieron solamente el 11,11 % de los votos del cuerpo electoral lo que, ni por asomo, querrá decir que ello corresponda a una fuerza política real porque el lío de los franceses era deshacerse de Nicolas Sarkozy a toda costa cuya personalidad extravertida había saturado a los galos. En ese 11,11 % hay que ver un tajante acto de protesta contra la persona de Nicolas Sarkozy.

Pero, sistemáticamente, en las reuniones públicas de Jean-Luc Melenchon durante la campaña electoral, ondeaba una enorme bandera cubana lo cual llamó la atención de los que conocen cómo funciona la recua habanera.

Que el sueño de La Banda haya sido crear en Francia el mismo fenómeno político que han logrado en Alemania con la fundación del partido « Die Linke », pocas dudas hay porque como es sabido, al totí, se le conoce por la cagá…y la prueba de ello es que el partido alemán « Die Linke » es la cloaca y refugio legal de miles de ex chivatos y oficiales de la siniestra STASI que han copado Berlín con un dinero que de la, (leer de un tirón : "para-siempre-y-a-Dios-gracias-difunta-R.D.A" ), se marchó de Europa. El dinero, bien lavadito y - como diría el poeta - torcido en oro, ha vuelto a Alemania para ganar escaños en el Bundestag.

Con los galos, la gracia de constituir un « Die Linke » francés a través de la eufórica personalidad de Jean-Luc Melenchon terminó en patético pujo quizá porque los franceses son un pueblo políticamente ya mayor.

Recuerdo lo anterior, a ver si el hecho de que Jean-Luc Melenchon haya pasado cinco semanas de vacaciones en Venezuela os inspira alguna reflexión pero, por Dios, ¡ qué a nadie se le ocurra pensar que de Caracas, el Melenchon voló a La Habana, porque todos habremos adivinado que las banderas cubanas en sus reuniones electorales fueron pura casualidad.

¡ Viva el marabú, terror del totí !.