Cayo Canas Island

Por Luis Tornés Aguililla. 25 de julio de 2011.



Oswaldo Payá y sus compañeros han escrito y propuesto a los cubanos la declaración « El camino del pueblo », una indispensable evidencia en medio del caos económico y social que se vive en Cuba y, de hecho, Payá y los suyos asumen una responsabilidad a la luz del amplio espectro político de los que hemos apoyado dicho documento.

Sin marear la perdiz.

El ejercicio del libre albedrío y la consciencia de la triste realidad en que se encuentra el país han sido seguramente algunas de las motivaciones para muchos cubanos que, firmantes, han pasado por encima de partidos y cofradías sin marear la perdiz.

Porque a estas alturas, lo necesario es refundar un vector que nos permita reconciliarnos con nuestra propia historia asumiendo la apocalíptica verdad : FIDEL CASTRO FUE NUESTRA CRIATURA y somos nosotros, los cubanos unidos, los que tenemos que imaginar, construir y accionar el mecanismo que destruya para siempre en Cuba cualquier contexto que nos arrastre otra vez a la pérdida de nuestra libertad.

La República perfectible de hombres libres es ahora nuestra cruz y lo será después, cuando el castrismo se diluya ad vitam aeternam en su calidad de accidente histórico gracias a los esfuerzos de todos y a sabiendas de que nadie vendrá a ayudarnos porque lo que se haga en Cuba, lo harán los cubanos, fundando una ética nueva que escape a la liturgia del castrismo y opere una transferencia de legitimidad en la mente del intelectual, del obrero o del simple funcionario.

Cogito, sum

La razón crítica y la emancipación del individuo a través de sus actos políticos son los elementos que poco a poco irán minando la hegemonía residual del castrismo en la sociedad cubana, de tal suerte que, los que firmamos tanto como los que redactaron la declaración « El camino del pueblo » transitamos por lo que conceptualmente es necesario para el país porque estamos en fuga y llamamos a los cubanos a que se fuguen de uno de los dogmas esenciales del castrismo : el control mental y emocional del Estado faccioso sobre el individuo.

Si bien existe la probabilidad de que « El camino del pueblo » se convierta en letra muerta, actualmente el proyecto avanza y, en el peor de los casos, quedaría aquello de haber hecho algo, por insignificante que parezca, ante el estruendoso derrumbe de nuestro país.


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