Cayo Canas Island

Por Luis Tornés Aguililla. 31 de diciembre de 2011.


Raúl lo que está haciendo es ganar tiempo para no tener que irse de Cuba con prole y criados en espera de una convocación de la Corte Internacional de Justicia porque él sabe perfectamente que se pasaron de rosca y sabe también que no lograron vislumbrar a tiempo lo que Gorvatchov tenía en mente, causa y razón de lo que hoy viven o como se dice en Cuba : ¡se embarcaron !.

Seguramente que para los Castro, ha sido muy duro pasar de « faro y guía de América Latina » a infame morralla en este mundo de la comunicación y del intercambio universal y, si mal no recuerdo, una de las primeras veces en que ellos pudieron constatar que ya no era posible vivir en circuito cerrado fue cuando el periodista cubano Juan Manuel Cao interpeló al Gran Enfermo allá en Argentina. Ese día, los usurpadores del poder en Cuba recibieron una lección histórica.

Quizá por lo anterior, porque ahora no pueden impunemente hacer y deshacer, Raúl no acaba de liberar al Dr Oscar Elías Biscet como si el régimen tuviese miedo a que ese hombre ande libre por las calles de Cuba, es decir que, si bien el « general » da señales de haber aceptado la dialéctica arrasadora que impondrán el hambre y la miseria en la isla de Cuba en 2011, su acción no deja de tener un carácter liberticida porque casi sistemáticamente impone el destierro a los presos políticos y la represión contra los cubanos que de una u otra manera manifiestan algún desacuerdo con el gobierno.

Ha conmutado las penas capitales pendientes después del horror total de 2003, cuando su hermano fusiló sin reparos a tres cubanos negros y pobres que querían irse de Cuba pero ello forma parte de la holgura y margen de acción que tiene Raúl Castro sin necesidad de renunciar a lo esencial de su poder cuyo zócalo son los servicios de inteligencia y el ejército.

En estos días, a la luz de ciertas acciones de la seguridad del Estado contra de la oposición en Cuba, el mundo ha tenido confirmación de que el cambio vendrá gracias a una de esas reacciones inesperadas del pueblo ante las cuales, no valdrán chivatos ni militares. Raúl lo que quiere es aguantar mientras pueda y, de ser posible, morirse en su cama. Los cubanos tienen la palabra.