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Asdrubal Caner

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Escritor y Poeta

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jueves, 15 de marzo de 2007

CUBA: CRECIMIENTOS EN EL PARAÍSO (PARTE II)

Abordemos ahora otros "Crecimientos" en Cuba.
Pero antes de entrar en otros aspectos, quisiera precisar lo siguiente: la Tarjeta de Racionamiento ha producido un efecto dominó en casi todos los dominios de la vida en nuestro país. No es sólo una forma de control, sino también, el largo brazo del Tirano para que todo el mundo venga a comer las migajas de su mano. El Hambre como política de Estado, como forma de sometimiento y servidumbre desde que se nace. Esto, repito, tiene ese efecto dominó en casi todo. Veamos:

a.- En la productividad del trabajo.

Desnutrido y angustiado por el plato de comida de cada día, no se pueden esperar
rendimientos laborales altos. Además..¿para qué, si no hay nada que comprar? Como no hay
estímulo para el trabajador - ni buenos salarios, ni alimentación adecuada, ni medios materiales para el bienestar general - la respuesta es la chapucería colectiva en cada centro de trabajo, el maltrato y desprecio manifiestos a los consumidores en el comercio y los servicios públicos, una burocracia bulliciosa y disoluta, que se pasa las horas de trabajo no en su puesto, sino en la busqueda del plato de comida en los mercados clándestinos y una dirigencia con los ojos en el techo, cansada de ese caótico panorama cada día.
Cómo dice un chiste sobre el comunismo en Cuba: "El Estado hace como que paga y los trabajadores hacen como que trabajan"

b.- Las relaciones familiares y comunitarias.

En casi todos los hogares cubanos, viven dos y
tres generaciones juntas, apiñadas y con hambre permanente, en los niños, los ancianos,
las mujeres. Allí, que antes era el lugar sagrado, es ahora motivo de roces, discusiones y
broncas por el manejo de los alimentos.
En la comunidad, porque las largas colas de todos los días, enfurece y pone de mal humor
a todo el mundo en la vecindad. Se fajan en las colas y se dicen todo tipo de procacidades
y obscenidades. Cada vecino vive mirando y chequeando a los otros, para ver que traen a
su casa y huelen para ver si hay algún olor prohibido que denunciar: un bistec frito, una
langostada en su salsa o una tostada de café, pueden traer a su puerta, la visita nada
apreciable y sorpresiva del Jefe del Sector de la Policía. Todo esto crea y ha creado
mucho odio y tensiones muy violentas en la comunidad. Recuerdo cuando vivía en un
barrio de Santiago de Cuba que, al presidente de un CDR, un hombre discapacitado, le
encontraron en los matorrales de Versalles asesinado y con la lengua cortada, sobre el
pecho ensangrentado. Nunca encontraron a los culpables, al menos mientras viví allí.

c.- El descontrol en las empresas del estado:

Como vimos en el artículo anterior, existe un descontrol total, imposible de parar bajo las condiciones actuales. Robos sistemáticos, desvíos de recursos, faltantes de todo tipo, operaciones fraudulentas a todos los niveles, engaño metódico a los consumidores, sostenido descontrol de la contabilidad comercial e industrial y fabricación clándestina de productos y monedas, etc.

d.- Desmoralizacion de la población:

Todo tipo de actividad deshonesta, fraudalenta y depravada se ve por la población como algo lícito y aceptable, frente a la institucionalizada política de hambre del gobierno comunista. Se han destruido los valores éticos y morales en los que se fundaba un comportamiento social del orgullo personal y de decencia privada y social. Me complace citar nuevamente, el excelente artículo de Manuel Vázquez Portal, porque retrata, como nadie, esta crisis de valores cívicos y ciudadanos:

"Así el país deviene, en dimensiones nunca vistas, barracón, ghetto, círculo dantesco donde impera la ley de la marginalidad sin que el gobierno halle las soluciones que den al traste con la barbarie que genera la crisis en que se encuentra sumida la nación. Y los habitantes no descubren, mientras se flagelan y despedazan entre ellos, que es el propio gobierno el responsable de sus penurias y que si la lucha se hiciera indispensable sería en este sentido que debían encaminarla y no en el errado autoatropello que los conduce a la desunión y la autoeliminación. Si a ello se añade la indefensión que padece el ciudadano frente a un gobierno que no tiene que enfrentar instituciones estatales que regulen su ejercicio del poder, entonces, el individuo, mal educado en los derroteros democráticos, se torna depredador de sí mismo"
(Manuel V. Portal. "Cuba, vida de barracón" Mayo, 7, 2006)

Volveré mañana a la carga con estos excelentes "crecimientos"

Un abrazo

Asdrúbal Caner Camejo

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