Cayo Canas Island

En varios artículos anteriores, he llamado la atención sobre la violencia que está generando la dictadura, en sus últimos estertores.
El periodista independiente Miguel Iturria Savón escribió para Cubanet un artículo sobre “La violencia juvenil en Cuba”, donde plantea que “La violencia juvenil avanza como un duende travieso los fines de semana en el capitalino municipio Cotorro, cuyos limites con Arroyo Naranjo, Guanabacoa y San Miguel del Padrón favorecen las reyertas entre los jóvenes que salen a divertirse y los guapos de oficio que acuden a los centros nocturnos de la comarca industrial del sudeste de La Habana.

Según Eduardo M. López Pérez, karateca contratado como custodio de centros nocturnos locales, "los guapos se trasladan al Cotorro desde La Cuevita, La Corea, Reboredo, Cambute y La Güinera. Vienen a fiestar a "Brisas del Bosque", El "Oasis", "Bello Palmar", la "Apontuco" y otros restaurantes y lugares festivos, que contratan a expertos en artes marciales para imponer el orden los fines de semana".

El también karateca Abel López Rodríguez agrega al respecto: "Las
fiestas terminan en tragedia, no faltan disparos, puñetazos y
cuchilladas. A veces interviene la policía, pero los patrulleros son
apedreados por los guapos mas conflictivos".

Otra fuente consultada aclara que "los hechos de sangre parecen tener un carácter racial, pues en algunos clubes nocturnos predominan los negros juramentados y numerosos abakuas, nanguee y elitance, quienes confunden el origen étnico y fraternal de esas denominaciones con el escándalo y la guapería".

Todo parece indicar que existen causas mas profundas, como la droga, el alcoholismo, los conflictos sociales, familiares y regionales, así como la presencia habitual de prostitutas y "muchachas vividoras" que "consumen y no pagan". Se aprecia, además, la discriminación de los orientales albergados en Cambute, quienes bajan a tomar y se quedan de ronda en las calles de la localidad.”

Pero esto no es una violencia de la Capital. Es una violencia que crece como la espuma en todo el país. Y los signos son alarmantes.
Evidentemente las causas no son las drogas ni el alcohol. Estos elementos son manifestaciones de causas más profundas. La pobreza, la miseria, la falta de esperanzas, la represión y el uso de segmentos poblacionales contra otros, la descriminación racial y el aíslamiento del régimen, son las causas de estos fenómenos de violencia entre los jóvenes y adultos.
En diciembre de 2006, tres reclutas del SMO protagonizaron una revuelta en la cárcel El Manguito, de Santiago de Cuba. Dos oficiales muertos y los jóvenes enfrentan la pena de muerte.
Secuestros violentos de embarcaciones pesqueras, incremento de las salidas ilegales, asalto de almacenes de armamento y, hace tres días, un intento de secuestro de un avión, que dejó dos militares muertos y uno herido.
Los desalojos de vivienda están dejando las primeras víctimas. Un niño de 15 años le cayó a machetazos a un director de vivienda en Pinar del Río, que está grave.

Violencia y extrema agresividad entre vecinos y entre los trabajadores de los centros de trabajo. Salvaje represión contra los disidentes y periodistas independientes. Drogas y un altísimo nivel de alcoholismo que conducen a actos de violencia, etc.

Este es el panorama actual de nuestro desamparado país. La estulticia y los feacasos de un arrogante Dictador, está llevando a nuestra patria, al borde de una guerra civil y un baño de sangre.

Las últimas medidas de incremento de los precios del transporte, alimentos, electródomesticos y otros, han tenido un efecto tremendo en una población que vive con menos de US$12 dólares mensuales.
Las tiendas estatales están vacías y las shopping en condiciones similares, con escasos productos y de bajísima calidad.
Las medidas tomadas para reducir el valor de las monedas extranjeras, han provocado una considerable reducción de las remesas familiares y del turismo internacional. Ayer, han creado una nueva forma de las Cartas de Visita para familiares en Cuba: tienen que pagar $220 dólares más por ello.

Según testimonio de turistas canadienses, el servicio turístico, la comida, la atención al turísta y la estafa en los precios de los productos que compran, es un fenómeno generalizado. Los cubanos sabemos, que en la trastienda de esos centros, hay un robo y un desfalco inimaginables en otros países o en la Cuba anterior al Déspota. Hay una profunda desmoralización de los trabajadores, que reciben salarios de miseria y tienen prohibido propinas y tener contacto con los turístas.

¿A dónde quieren esos mercenarios llevar al pueblo cubano?

Como he escrito en días anteriores, no creo que tengan tiempo para ninguna reforma.

Fidel Castro y sus secuaces más íntimos, quizá estén preparando algo aciago para nuestro país. Hay rumores y hay hechos. La militarización del país está preparada para un baño de sangre. No tengo dudas de que puede provocar una invasión extranjera.

O, pueden estar preparando un masivo y descontrolado éxodo para EE:UU, que también significaría una invasión.

¿Por qué una invación?

Sería la única forma de F. Castro, convertirse en un héroe, en una bandera de agitación en A. Latina. De la otra forma, morirá como lo que ha sido toda su vida, un fracasado.

Alguien ha llegado hoy de Cuba con la noticia – es un amplio rumor en el país, que el Dictador estaba preparando – antes de su enfermedad y operación – un éxodo de vastas proporciones para nuestro vecino del Norte.

Al Gobierno comunista, no le interesa que hayan decenas de miles de muertos en una explosión popular o en una invasión al país. El Dictador quiere tener “una página en la Historia”, caiga quien caiga.

Ese gobierno será, ante la historia, el absoluto responsable de cualquier matanza o invasión que se produzca en la isla. Han tenido suficiente tiempo para hacer reformas económicas y políticas, y no las han hecho. Al contrario, se han atrincherado en posiciones apocalípticas, sin importarles el sufrimiento y el dolor de todo el pueblo cubano.

La Historia no les Absolverá.

Un abrazo.

Asdrúbal Caner Camejo
Representante del PSD
en Canadá.